martes, 9 de marzo de 2010

Nuestras metas



En este mundo finito en el que vivimos, no se puede vivir sin tener algo por lo que luchar, algo que obtener, algo por lo cual vivir. Si tienes algún sueño que cumplir es bueno ya que luchas y te esfuerzas por algo, en cambio lo que más me fastidia, sin ofender a nadie, es el que vive sin tener nada, ninguna meta, tan solo vive por vivir, son piedras en este mundo lleno de cometas.

Por ejemplo, esas personas que dicen que no quieren casarse, ¿por qué lo dicen? Si tienes a la persona que quieres a tu lado, hazla feliz y así por lo menos ya habrás hecho algo, habrás conseguido una meta y aún más, habrás hecho feliz a alguien. Y luego, si te casas estarás iniciando una meta, una vida. Sí, tiene fin pero qué no tiene fin en este mundo, todo se acaba
y todo empieza. Es mejor acabar algo alegre y feliz, pensando ¡qué feliz he sido!, que acabar algo pensando ¡no estoy triste porque nunca he estado feliz!

No te Arrepiéntete de lo que has hecho y no de lo que has dejado por hacer.

Respecto a mí, mi sueño es ser un buen enfermero. Que al llegar a mi casa mi mujer y mis dos hijos me digan: "¡Hola papá! ¡qué bien volver a verte!". Puede que mis hijos no me digan eso, quizá tan solo "hola", pero a mí eso ya me hará feliz porque tendré dos hijos que me quieran y yo les querré. No puedes esperar que tu sueño se cumpla al detalle, tendrás que aprender a vivir con los cambios con los que te vaya sorprendiendo la vida.

La ilusión es tener una meta continuamente, a corto y a largo plazo, realista y surrealista, en grupo o en solitario, y sin necesidad de cumplir todas, porque si cumples todo y no ambicionas más, acabarás perteneciendo a las piedras entre cometas.

Una meta no es algo inamovible, siempre habrá una hasta que digas: "No necesito un sueño por el cual luchar porque eso tan solo ocurrirá cuando seamos los ríos que den a la mar".
Si no tienes una meta, podrás vivir sin un sueño pero jamás sabrás lo que es cumplir uno.

Habla Jorge Gómez.

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