Aquí Bart, representa a las malas personas y Lisa a las buenas personas
Somos ruines y estafadores. Somos malas personas. Si fuéramos pinocho, nuestra nariz mediría kilómetros. Esto por desgracia nunca va a cambiar y lo que ya no tiene nombre es esto que salio por la televisión:
Una persona X de unos treinta años, poseía una casa en la que vivían sus padres de ochenta y ochenta y tres años respectivamente. El padre tenía una enfermedad grave que tenía que estar en cama casi todo el tiempo. Lo que hizo el señor X, fue desalojar a sus padres, dejarlos sin hogar en la calle para así poder vivir él en la casa. Luego se fueron a vivir con otras personas.
Dejar sin hogar a la mujer y al hombre que te han cuidado toda tu vida me parece una salvajada. Es algo inhumano. Posiblemente, si hubieran sabido esto lo hubieran dejado en adopción. Pero ¿Por qué hizo tal cosa? Nos enseñan a ser buenas personas en nuestra infancia para acabar siendo verdaderos monstruos. Sin embargo hay gente en la cual se puede confiar, que han sido verdaderos alumnos de sus padres, y se merecen un aplauso porque gracias a ellas podemos vivir en un mundo mas o menos fiel.
Aunque haya personas en las cuales el mundo se este hundiendo en un pozo negro sin fondo, hay otras con las que se puede seguir adelante. Pero las personas que hacen cosas malas se notan más que las que hacen buenas, por ejemplo si alguien pone una bomba o estafa a mil personas se nota más que alguien que haya salvado a una persona de un accidente porque los familiares de los de la bomba se estarán lamentado toda su vida en cambio los familiares de la persona salvada del accidente, le darán gracias al que le salvó y ya esta.
Somos como somos. Tenemos mucho que mejorar y espero que algún día lo logremos.
Habla Jorge Gómez
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