lunes, 30 de noviembre de 2009

El destino


En la Grecia antigua se pensaba que nuestras vidas estaban manejadas o dependían de algún ser superior, eterno y poderoso. Se creía que todo lo que iba a suceder estaba predeterminado por alguien. Me explico, si algo ocurría, ocurría por algún motivo. Era lógico que en aquella época se creyera en esas cosas por la mayoría de personas que no cuestionaban lo que sucedía, pero en la actualidad ¿se sigue creyendo en el destino?
Habrá gente que piense que el destino es algo inventado y que sólo puede creer en eso una persona que no se cuestione las cosas. Pues yo creo en el destino, no por no cuestionar las cosas, sino por situaciones que me han pasado a mí, a lo largo de mi vida.
Pondré un ejemplo claro:

Un sábado, estaba andando con mi familia por Plaza (gran centro comercial de Zaragoza) y decidimos separarnos, mi madre se fue por un lado a mirar ropa y mi padre y yo por otro a mirar su regalo de cumpleaños y decidimos quedar en un sitio a una hora.
Cuando habían pasado unos treinta minutos decidimos ir al sitio, pero no nos acordábamos cuál era y pensamos, ¿Cómo vamos a reunirnos? a esto que cuando estábamos andando hacia los cines para ver si estaba, yo le dije: espera un momento que voy a ver un juego. Salí de ver el juego y de repente apareció mi madre. Que suerte pensábamos, pero yo no creí que hubiera sido suerte sino algo superior como el destino.

Este hecho para mí fue la primera de las paranoias que me ocurren a diario, pues cada cosa que ocurre, tiene que ver con nosotros. Estarás pensando que fue suerte, ya que aunque fuera casi improbable de que ocurriera, ocurrió porque la suerte existe. Pero ésta, no fue la situación más clara, hubo otra cuando era pequeño, que no le di importancia, pero ahora lo pensé y me surgió la duda.

Estaba en la época de los cromos de fútbol con diez añitos y fui a comprar cromos. A esto que cuando iba a comprar se me cayó una moneda de doscientas pesetas, que en aquella época aún se llevaban. Cuando se me cayó la moneda, vino otro niño y pidió cromos, nada importante le salió, pero cuando fui a comprarlos yo, después de haber recogido la moneda, me salió el último de mi colección. ¿Suerte? yo creo que no, sólo fue una pizca del destino que en ese momento estaba a mi favor.

Muchas veces a lo largo de mi corta vida, me pregunto ¿Que hubiera ocurrido si no me hubiera parado a mirar un juego? o ¿Que hubiera pasado si no se me hubiera caído la moneda, me habría tocado el otro paquete de cromos?
De las muchas cosas que ocupan mi cabeza, ésta la ocupa un diez por ciento.
Somo como somos, que creemos, pues creemos, que no, pues no, nunca todos los habitantes de la tierra pensaremos lo mismo porque si lo hiciéramos no existiría la Religión, ni la Ciencia, ni la Filosofía, ya que éstas surgieron de los distintos pensamientos que surgieron.

1 comentario:

  1. Bienvenido a la blogosfera. No me imaginaba que entrarías en este mundillo con un tema como éste, pero tú eres así, tonterías las justas.
    El destino. Ya hemos hablado en alguna ocasión sobre este tema, ya sabes que soy más partidario de las casualidades que del destino, pero como es muy difícil demostrarlo, por lo menos para mí, cada uno nos quedamos con nuestra verdad.
    Espero seguir viendo más entradas tuyas y que el blog crece. Tus reflexiones siempre son estimulantes.

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